Por lo corta de nuestra existencia,
siempre buscamos trascender, es decir dejar una huella en este mundo en que vivimos. Algunos tienen hijos, perros, siembran arboles, componen canciones o pintan cuadros. Yo a los 15 años escribí mi primer poema. Y tu, si lees y recuerdas después de un tiempo lo que leíste aquí, una parte de mi estará en ti y cierto es que yo habré trascendido. Gracias por Visitarme.

8 de agosto de 2017

Recuerdos de una noche tormentosa





     Eran las 12.06am y solo en mi cama veía acercarse entre las montañas la tormenta silenciosa, no llovía, solo se escuchaba el viento entre las hojas de los arboles alla afuera y ese peculiar sonido que hace al entrar por la ventana del cuarto y salir por los resquicios de la puerta. 
      Pasaron algunos minutos y silenciosamente llegaste tu y contigo la tormenta y extasiado pude ver tu silueta iluminada por los rayos que esa noche no volverían a dejarnos solos ni un minuto 
      Hay que ser sinceros, no nos desnudamos lentamente, gota a gota como empiezan algunas lloviznas de media tarde, pues nos vimos sin ropa en el lapso de tiempo que un relámpago nace, ilumina la nube y desaparece por siempre. 
       Acostados uno junto a otro, saboreandonos, como quien ve con hambre un plato antes de comérselo, fue cuando nos percatamos del frío, de un frío que nos erizaba la piel, pero que era causante que nuestros cuerpos cada segundo estuvieran mas cerca. 
       Lo que paso fue sencillo, lo que hicimos fue amarnos una noche tormentosa en la que acariciabas mis manos, besando mis dedos mientras lentamente me sumergía en ti. 
     Ame tu rostro iluminado a ratos por los rayos, y a tus dientes mordiéndose el labio inferior y  los leves gemidos que sentía  entre mis dedos pero cuyo sonido moría en el viento frío. 
       Recuerdo sentirte levitar por los aires ayudada por mis brazos, solo para ajustarte mas cómodamente en mi. A tus piernas extendidas en mi pecho y mis besos aprisionando los dedos de tus pies. 
      Ame al viento que como látigo flagelaba mi espalda pero que hacia mas fuerte la tibia sensación de tu latiente corazón cerca del mío. 
      Recuerdo tus pechos balanceándose al ritmo que marcaban mis ganas y el poder que me diste esa noche tormentosa de hacer con tu cuerpo lo que el relámpago hace ciertas noches con las  nubes.

Uslar

Recuerdos de una noche tormentosa. Son eso. Recuerdos de lo vivido con ella.

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